Solo el aumento de sueldo de un funcionario equivale a lo que cobran cuatro trabajadores del Plan
Las cifras de los salarios del personal político jerárquico de Terrazas del Portezuelo crecieron hasta multiplicar varias veces los ingresos de quienes están en el otro extremo de la pirámide.
En plena crisis y ratificando su férrea decisión política de no abrir las paritarias, el gobernador Alberto Rodríguez Saá dispuso un aumento del 40% en tres cuotas para el período marzo-julio para el sector público.
Esta vez no se montó el aparato en el Salón Blanco de Terrazas de Portezuelo con la presencia de sindicalistas, legisladores y funcionarios para hacer el anuncio. Se optó por una comunicación a través de la agencia oficial de noticias.
La actualización salarial alcanzó a toda la planta de empleados públicos (administración central y bajo convenio colectivo, beneficiarios de Inclusión Social y becarios de la secretaría de las Juventudes).
Una vez más Rodríguez Saá extendió el aumento a los funcionarios del gabinete, de los entes autárquicos, empresas y sociedades del Estado y entes desconcentrados.
Fue fiel a lo que sostuvo en la pandemia al incluirlos en la actualización salarial. “No vamos a bajar los sueldos de los funcionarios y si ellos quisieran lo rechazaría”, dijo en abril de 2020 en momentos que se planteaba un recorte en los sueldos de la clase política.
Todos funcionarios y empleados vieron reflejados en sus cuentas la primera cuota del 20%. Esto significó que aquellos que ocupan los puestos políticos en el Gobierno provincial, estiraran aún más la diferencia que tienen con el resto de los niveles.
De manera tal que la diferencia de este tramo que, por ejemplo, comenzó a cobrar un ministro de San Luis, es cuatro veces de lo que percibe un beneficiario del Plan de Inclusión Social (PIS).
Antes de la suba, un titular de una cartera tenía un sueldo de $880 mil y ahora pasó a uno de $1.100.000. Es decir, $220 mil fueron agregados a sus ingresos.
En el caso de los trabajadores en el PIS, la mensualidad alcanzó los $54.114 de bolsillo (con el aporte a Dosep incluido). A ello hay que sumarle que se mantienen por debajo de la línea de indigencia definida por el Indec de $80.483
Los trabajadores de la categoría F, la más baja del escalafón general, oscilan los $130 mil ahora. No llegan a cubrir la canasta básica para no ser considerados pobres de $177.063.
En este punto hay que agregar que, en las últimas semanas, Rodríguez Saá sumó cerca de 4600 empleados públicos a esta categoría. Todos ellos pertenecían al PIS.
En otro escaneo, en el de los jefes de programas, el panorama es similar. Con la actualización los funcionarios pasaron de cobrar $638.400 a $798 mil. Traducido, la diferencia entre el salario anterior y el actual, son tres veces lo que recibe un beneficiario del PIS.
Quien le sigue en la escala jerárquica, un sub jefe de programa, hoy comenzó a recibir $446 mil cuando antes llegaba a los $356.800.